Por: Ángeles Rodríguez Castillo.
Las producciones infantiles se han caracterizado en su mayoría por crear sus argumentos a partir de opuestos: el bueno contra el malo, el generoso contra el avaro. El público llega a acostumbrarse a estas historias sin encontrarse con tramas aún más ricas que muestren las confrontaciones dentro de un mismo personaje o varios de ellos. ParaNorman, cinta de los estudios Laika, se unió este año a la lista de obras que rompen en ése y otros aspectos con las típicas películas para niños a través del género del Terror.
La película cuenta la historia de Norman, un niño rechazado por su familia y por la sociedad en general por poseer el don de hablar con los muertos. Gracias a este poder, él intentará salvar a su pueblo de la destrucción que una maldición impuesta siglos atrás ocasionaría.
Bajo la dirección de Sam Fell y Chris Butler y con la técnica de stop-motion, ParaNorman utiliza los elementos comunes del terror, como los zombis, las brujas y los fantasmas, de una manera suavizada, logrando que la historia pueda ser comprendida y aceptada por los niños. El miedo ante lo sobrenatural está presente en distintas ocasiones, y de manera explícita se señala a éste como el causante de los problemas.
Los personajes, incluidos los sobrenaturales, no pueden ser clasificados con una sola cualidad, sino que en su carácter se combinan diferentes rasgos; las oposiciones los componen. Un zombi es en ocasiones temeroso, a veces aterrador y violento, y es, además, rememorado con su personalidad fría y autoritaria del pasado; una bruja puede ser malvada y agresiva, al mismo tiempo que medrosa y benevolente.
ParaNorman es una obra que utiliza lo sobrenatural filtrado para el público infantil por medio de una peculiar construcción de sus personajes; es una cinta dedicada a los niños que disfrutan de reír del temor ajeno y al mismo tiempo de la posibilidad de sentir ellos esa angustia. En otras palabras, esta producción es una representante del terror para niños.
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