Aurora viene de lanzar su álbum A different kind of human en 2019, el cual fue bien recibido por el público. Y ahora en 2022, Aurora nos presenta su más reciente álbum de estudio The gods we can touch.

The gods we can touch es un disco que consiste de 15 canciones y 50 minutos de duración, con una duración promedio de tres minutos y medio para cada canción. Este disco tiene grandes aciertos; la interpretación vocal a lo largo del álbum es grandiosa. El álbum sabe aprovechar al máximo sus recursos sin sonar saturado y de manera orgánica donde cada una de las canciones de manera individual en verdad es genial y solo hay una que otra que no se sienten tan bien como las demás; el trabajo que se hizo en grabación y producción por su parte también es genial y las diferentes propuestas que este nos ofrece en verdad son muy interesante pero además originales.

Y a pesar de todos sus aciertos, sus errores también son muy evidentes. Comenzando por lo difícil que es mantener fresco un álbum de 15 canciones sin que este pueda llegar a parecer cansado o tedioso y es que incluso para su corta duración y su promedio de tres minutos y medio por canción, lo cual no es mucho para un álbum con esa cantidad de canciones no se siente dinámico. En definitiva es muy entretenido y una gran experiencia pero este disco carece de dinamismo lo cual es un aspecto muy importante. Otro de los peros que tiene este disco es el mal acomodo de las canciones donde muchas canciones muy similares se encuentran en puestos seguidos. Lo cual solo fomenta el ambiente monótono que idealmente el álbum debería de evitar. Y el rubro donde más fracasa el disco es estableciendo su identidad ya que realmente este álbum es una mezcla de técnicas y género que si bien se entienden como parte de un todo (porque entendemos que es la obra de una misma artistas). No hay ninguna conexión entre muchas de las canciones que hace que el disco no forje una esencia o estilo bajo el cual es disco pueda identificarse.